¿Qué es el hachís?: Es resina que se extrae del cáñamo
indio (llamado también cannabis). El hachís se encuentra en forma de
tabletas, de palitos, de barritas o de bolitas. Se llama también "costo"
ó "chocolate".
¿Qué es el cannabis?: Es el nombre que
se le da a la flor, a las semillas y a las hojas secas del cáñamo indio.
Se llama también "marihuana" ó "hierba".
El hachís y el cannabis contienen una sustancia tóxica y activa: el
delta 9, tetrahidrocannabionol (THC). Esta sustancia es peligrosa cuando
se fuma o absorbe. Los residuos de THC se acumulan en los tejidos grasos
del cuerpo. Actúan sobre el cerebro, el hígado, los pulmones, el bazo,
etc.... El THC altera algunas actividades físicas y mentales. Se
necesitan varios meses para que se elimine totalmente del cuerpo y no
produzca más efectos sobre el consumidor.
El hachís es peligroso tanto pata el que lo fuma como para los que
están alrededor del fumador. Los experimentos realizados por la marina
de los Estados Unidos en simuladores de vuelo demostró que 24 horas
después de fumar solamente un cigarrillo de hachís, los pilotos
veteranos cometieron errores graves de pilotaje. Ninguno de ellos era
capaz de poner en línea el avión con la pista de aterrizaje. Uno de
ellos, además, aterrizó cinco metros fuera. ¡Sin embargo, todos
aseguraron encontrarse en perfecta forma!.(2).
El hachís y el cannabis son drogas. Las perturbaciones físicas y
mentales que producen lo demuestran. El hachís es un producto "natural",
pero no inofensivo. Como comparación, el alcohol de ajenjo vuelve loco a
los que abusan de él. Esta bebida procede de una planta que se encuentra
en nuestro país. Las plantas como el "curabe"(veneno muy activo usado
por los indios de la Amazonía con el que untan la punta de sus flechas)
o la "belladona"(planta de acción calmante, narcótica y venenosa) son
también venenos "naturales". Ninguna droga es "blanda"; decir lo
contrario es engañoso y criminal. En realidad, las drogas
blandas no existen. Un derivado del cannabis (aceite de hachís)
puede alcanzar hasta un 70% de toxicidad. ¿Un porro puede merecer el
nombre de "droga blanda"?
RIESGOS
En los hombres el cannabis cambia la estructura de los
espermatozoides. Esto puede llevar a una esterilidad momentánea. En la
mujer perturba el ciclo de la menstruación. Su consumo durante el
embarazo provoca que nazcan niños de talla y peso inferior a la medida.
El riesgo de una leucemia infantil es diez veces más elevado en niños
cuyas madres han fumado cannabis durante el embarazo.
También hay de dos a cinco veces más riesgo de cáncer infantil en
niños de padres consumidores de cannabis antes del embarazo y durante el
periodo de gestación. (2).
ALTERACIONES FÍSICAS PROVOCADAD POR EL HACHÍS:
-
Acumulación de toxinas en los tejidos grasos, el cerebro, las
glándulas sexuales.
-
disminución de la resistencia a enfermedades comunes (gripe,
bronquitis, etc...).
-
Alteración del crecimiento.
-
Aumento de la cantidad de células anormalmente constituidas.
-
Dolor en la espalda, el tórax, el vientre y la cabeza (para los
que fuman porros durante mucho tiempo).
-
Disminución de las hormonas sexuales masculinas.
-
Destrucción rápida de las fibras de los pulmones y lesiones
(heridas) al cerebro (pudiendo ser permanentes).
-
Capacidad sexual reducida.
ALTERACIONES MENTALES PROVOCACAS POR EL HACHÍS:
-
Problemas de estudio: capacidad para aprender y memorizar
disminuida.
-
Cambio de la personalidad y el ánimo.
-
Apatía, somnolencia, ausencia de motivación.
-
Afecta los nervios, riesgo de esquizofrenia y de paranoia.
-
Falsa lucidez del pensamiento, destrucción de la conciencia.
COMPARACIÓN CON EL ALCOHOL
El cáñamo indio (hachís) contiene docenas de componentes químicos
complejos. Por otra parte, el alcohol no posee más que una sustancia
única (etanol). Sus estructuras químicas , sus propiedades físicas y sus
efectos psicotrópicos son bastante diferentes. El hachís y el alcohol
son, de hecho, incomparables.
Se ha demostrado que el cuerpo humano necesita meses para eliminar
totalmente los residuos de una dosis del T.H.C. (tetrahidrocannabinol,
sustancia tóxica y activa del hachís). Para eliminar la misma cantidad
de alcohol solamente se necesitan seis horas. Esto quiere decir que
tomando de dos a tres porros por semana, el fumador queda
permanentemente bajo el efecto de los residuos del T.H.C. No queremos
minimizar los terribles efectos que causa el alcohol, pero es muy raro
que una persona se vuelva alcohólica después de una borrachera. Por otra
parte, muchos jóvenes se engancharon a las drogas después de haber
fumado sólo algunos porros.
La cantidad de T.H.C. en un porro varía generalmente entre 0% y el
30% según la procedencia del cannabis. Puede sin embargo, alcanzar el
70% si se prepara con aceite de hachís, tal dosis convierte al porro en
algo terrible. Sus efectos destructivos son catastróficos, sobre todo en
los adolescentes y en los niños. Ningún resultado de análisis demuestra
que el hachís sea inofensivo. Sin embargo, se sabe que contiene de 400 a
450 venenos.
CAMINO A LA HEROÍNA
El 93% de los heroinómanos han comenzado consumiendo drogas "blandas"
(resultado de una encuesta americana). Esta estadística demuestra
claramente que el cannabis abre la puerta a la cocaína, a la heroína, al
LSD, a los derivados del opio, etc. (1).
"Fumar un porro se vuelve monótono" declara un antiguo toxicómano. "A
la larga no produce ningún efecto". De modo que gran número de
aficionados del porro acaban con una jeringuilla bajo el brazo por la
necesidad de sensaciones nuevas.
En España casi tres millones de jóvenes entre 15 y 28 años han
probado la marihuana y el hachís; 600.000 fuman porros habitualmente y
más de 350.000 lo hacen con una frecuencia diaria. Se estima que el 2%
de ellos pasarán a las drogas duras. En un futuro próximo 10.000
personas más se volverán toxicómanas. La cifra de 2% es muy
sorprendente, según los estudios y estadísticas de Claudel (Francia) y
Kaudel (E.E.U.U.), el 26% de los fumadores de marihuana se vuelven
adictos al opio, LSD y otras drogas.
CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE HACHIS
Los defensores del hachís y el cannabis sostienen que en algunas
civilizaciones estas drogas son consumidas todos los días sin problemas
e ignoran, sin embargo, que en Malasia, los fumadores se vuelven locos
(se les llama los fumadores "amok", que significa en malesiano "demonio
del crimen").
Además, seguramente no se conocen el origen de la palabra "asesino";
esta palabra viene del árabe "haschisdín", que significa "fumador de
hachís". Los "haschisdín" eran miembros crueles de un clan musulmán.
Esta droga "robaba su conciencia". Los "fumadores de hachís", de esa
forma, podían cometer crímenes sin remordimientos.
¿Por qué el cannabis y el hachís perjudican nuestro equilibrio? ¿Por
qué se desencadena la toxicomanía en nuestro país?. La respuesta se
encuentra en parte en manuscritos muy antiguos. Estos textos nos revelan
que los fumadores de cannabis conocían el peligro de esta droga y esta
es la razón por la cual inventaron aparatos de agua (narguile: pipa
oriental con largo tubo flexible y un vaso de agua perfumada a través de
la cual se aspira el humo), con el fin de filtrar los venenos y aun así
sólo mantenían el humo en la boca, sin inhalarlo.
En estos países no había ni cocaína ni otro tipo de droga del estilo.
Sin embargo, la situación en España es muy diferente, pues aquí se puede
encontrar sin dificultad heroína, cocaína o LSD. Los toxicómanos son los
fumadores de porros de hoy; hacer que esta droga esté disponible y
socialmente aceptada aumenta el número de los toxicómanos de manera
alarmante. (6)
Aprovechando la experiencia del mundo musulmán: a principios del
siglo XV, el hachís se consumía libremente; la sociedad toleraba y
abusaba de esta droga conocida por todos en esta época. El resultado fue
la decaída de todos los valores morales y finalmente del orden social.
Cien años más tarde, la consumición de cannabis (y sus derivados) se
volvió a prohibir. La razón de esta decisión: el hachís había casi
destruido la civilización.
En el siglo XVIII, Napoleón desembarca en Egipto. La devastación
causada por el cannabis (y sus derivados) le impresionaron mucho, a tal
punto que prohibió la consumición a sus soldados bajo la amenaza de pena
de cárcel de tres meses.
En 1924, el uso del hachís era la causa del 30 al 60% de los casos de
locura en Egipto. (2). En 1924, Marruecos y Túnez autorizaron la venta
de una mezcla de tabaco y de hachís (el "kif"). Esta legislación creó
tal desmadre social que el país prohibió la venta en los años 50.
Los ensayos recientes de legislación del hachís y del cannabis no
convencen. En 1975, Alaska legaliza la consumición personal del
cannabis. En 1989, un estudio muestra que en los E.E.U.U., el 17% de los
jóvenes fumaban cannabis en las clases de secundaria. Y según el mismo
estudio, en Alaska la consumición alcanzó el 45%, es decir, tres veces
más que en los E.E.U.U., y también ¡la consumición de cocaína subió como
un cohete!. En 1991, una votación popular volvió de nuevo condenable la
consumición de cannabis.(2).
En 1983, España despenaliza el autoconsumo de drogas. El resultado
fue un terrible aumento de la criminalidad y de la toxicomanía en el
país.
En los Países Bajos, el cannabis y sus derivados se legalizaron en
1976 (2). ¿Es una casualidad que este país posea actualmente el
porcentaje de criminalidad más alto de toda Europa?. La aplastante
mayoría de los toxicómanos que han salido del infierno de las drogas lo
declaran: "¡la venta libre del hachís o del cannabis sería una locura!"
(8).
BIBLIOGRAFÍA:
1 "El porro: por lo que el escándalo viene" Pasteur G. Claudel. Ed.
Vida ; Miami, USA.
2 "LA Drogue et l´Etat dealer », J. Ph- Chenaux ; Centro patronal ;
Lausanne.
3 Nahas y otros.
4 L`Hebdo, 2 de agosto de 1990.
5 "Histoire du Hasch" ; Gabriel Nahas. Ed. Robert Laffont.
6 "Derecho, Droga, Cerebro y Libertad".Gabriel Nahas. La Revue des deux
mondes; Febrero 1990.
7 « La Verité sur les drogues ». Cene Chill y John Dsuff. Ed. Bridge
Publication inc.
8 "Nouvelle Revue de Lusane"; artículo de Philippe Pidoux, antiguo
consejero de Estado de Vaudois.
9 Nice-Matin, 3 de Agosto de 1984.
10 « La guerra del Porro". Interviu.
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